El sistema de suspensión del vehículo es el responsable directo de la filtración de vibraciones, adherencia en las curvas, confort, una óptima frenada... entre otros aspectos esenciales independientes a agentes externos como la climatología, el estado de la carretera o la carga del vehículo.
Por ello, se debe llevar a cabo una puesta a punto de los diferentes elementos relacionados con este campo: triángulos, brazos de suspensión, bieletas...
Frente algunos elementos que pueden mantenerse en buen estado como los muelles, que no suelen cambiarse a lo largo de la vida útil del automóvil, piezas como los amortiguadores sí sufren un resentimiento destacable y dar lugar a fugas de aceite que pongan en serio riesgo la validación de la ITV. Por este motivo, es recomendable que a partir de los 60.000 km se realice una revisión